La Sexualidad del Adolescente

– Resumen:

La maduración sexual obliga al adolescente a adecuarse críticamente a su nueva posición frente a la sexualidad. Los cambios fisiológicos que acontecen en esta época hacen indispensable un nuevo ajuste psicológico de sus necesidades sexuales.

– Discusión:

La Sexualidad del Adolescente

– Resumen:

La maduración sexual obliga al adolescente a adecuarse críticamente a su nueva posición frente a la sexualidad. Los cambios fisiológicos que acontecen en esta época hacen indispensable un nuevo ajuste psicológico de sus necesidades sexuales.

– Desarollo:

El desarrollo psicosexual esta determinado por los factores culturales hasta tal punto que solo podemos hablar de desarrollo del hombre en una cultura determinada.

La mente juega un papel fundamentaren nuestra forma de vivir y sentir nuestra sexualidad.

Nuestra forma de percibir la belleza, nuestra personalidad, nuestras ideas de lo que esta bien o mal en cuanto al sexo y el temperamento de cada persona son fundamentales e iran de la mano con el desarrollo psicosexual.

Dentro de esto aparece en primer plano la posibilidad de comprender a los individuos del sexo opuesto y adaptarse a los nuevos tipos de vínculos.

Es así como la amistad entre los miembros de ambos sexos se constituyen en un factor esencial en la adaptación a que nos referimos.

La falta de esta posibilidad se manifiesta como un paso importante en el camino hacia la heterosexualidad.

La heterosexualidad significa que el otro sexo es percibido y considerado con mayor interés y se convierte en objeto de la líbido del adolescente, indicando que se ha comenzado a transitar por un nivel adulto, el cual deberá consolidarse.

El desarrollo heterosexual presupone que se han alcanzado los siguien- tes estados:

  • La aceptación del rol sexual que corresponde al sexo a que pertence y la posibilidad de cumplirlo satisfactoriamente .
  • El conocimiento de todo referente a la reproducción y al desarrollo de actitudes sexuales sanas que aseguran la salud sexual y la buena relación con el otro sexo.
  • Posesión de pautas e ideales que permitan dar transcendencia a la sexualidad, proyectándola más allá de lo físico.
  • Considerar atractivo al otro sexo, a tal punto que le permita amar y ser amado.
  • La actitud para comprender al otro sexo, y admitirlo en términos de igualdad en cuaalquier situación o actitud que se considere.

El interés sexual que surge en esta época está en relación directa con el grado de madurez sexual alcanzado.

Es así como aquellos individuos que han llegado a un grado de maduración a edades más tempranas tiene un interés sexual precoz hacia los del sexo opuesto y son capaces de establecer relaciones estables a edades, más tempranas.

Las estadísticas demuestran que esta precocidad en el interés
sexual da como consecuencia que sean un 20% más activos en su forma de vida sexual, lo cual ya había demostrado Kinsey.

Es importante destacar que tener intereses heterosexuales no significa necesariamente la existencia de relaciones coitales, sino el paulatino establecimiento de vínculos adultos con el otro sexo.

El aumento de la energía sexual en la adolescencia y su necesidad de ser descargada, plantea el problema de la forma operativa a que recurre el adolescente para encontrar una salida a la situación que le provoca su madurez sexual.

En nuestra cultura las necesidades biológicas generalmente se contraponen a las normas sociales, por lo cual la actitud que a tal efecto tomará el adolescente estará en relación a su personalidad y a la educación que haya recibido.

De cualquier manera, la solución consciente le ofrece cuatro posibilidades:

  • La relación coital heterosexual.
  • La conducta homoerótica.
  • La masturbación
  • La sublimación.

Existe también una solución no consciente a la que podemos denominar orgasmo onírico. Frente a esta forma de actitud que tiene el adolescente para resolver la canalización de su energía sexual, se han constituido dos actitudes.

En uno de ellos se encuentran quienes sostienen que el coito adolescente no sólo debe ser aceptado y permitido, si no también propiciado.

Esta postura se basa en la concepción del sexo-placer, y desde este punto de vista la relación coital deberá ser ejercida cada vez que el adolescente lo considere necesario.

Como condición básica ineludible se exige que ambos componentes de la pareja estén de acuerdo y que se utilicen los medios anticonceptivos adecuados para evitar el embarazo.

Se ha levantado voces airadas en contra de la cultura antiplacer, tal como se ha definido a nuestra cultura al considerarla como no aceptadora de la pornogrfía y del coito juvenil.

Como una pretendida defensa de los derechos del adolescente como persona que ama y a la que la sociedad deberá ayudar y no reprimir, proponen que ella sea aceptada.

Algunos recomiendan además la realización de campañas que instruyan a
los jóvenes en cuanto a métodos anticonceptivos, los cuales deberán ser de fácil acceso.

Con otra visión completamente distinta, los que se agrupan en el bando contrario dicen no basarse solamente en el sexo-placer, sino que contemplan las consecuencias que puede tener el propiciar elcoito adolescente.

Se sabe que una de las caracteristicas de la adolescencia es la inmadurez psicoemocional.

Esta inmadurez es la que hace que el adolescente no pueda ser responsable.

Por supuesto se entiende que cuando se habla de adolescencia no nos estamos refiriendo a edades o madurez corporal sino a individuos que, al carecer de madurez psicoemocional aún no son adultos.

Una persona de 17 años puede ser adulto así como otra de 22 puede seguir siendo adolescente. La adolescencia se mide en términos psicológicos.

La misma inmadurez a que nos referimos hace que las motivaciones que llevan al adolescente a realizar el coito no tengan la significación que tiene para el adulto, y muchas veces sirvan de vía de escape a otras situaciones.

Desvirtuando de esta manera la finalidad de plenitud del sexual que se le asigna al coito.

Al respecto, dicen Kolodny, Masters y Johnson: la actividad sexual adoles- cente puede tomar direcciones muy diferentes.

Sorenson identifica varias razones por las que un chico o una chica adolescente puede escoger ser sexualmente activo: por placer físico, como medio de comunicación, como indicación de maduración personal, como manera de igualarse a sus compañeros, como reto a los padres y a la sociedad, como premio o castigo, como escapada de la soledad o como huida de otras tensiones.

Por regla general, el integrante de la pareja que está más expuesto a situaciones traumáticas es la mujer, ya que existe en ella la posibilidad de embarazo o enfermedades de trasmisión sexual que comprometen su fertilidad.

Frente a esta situación suele argumentarse la ausencia de adecuadas campañas anticonceptivas que, de alguna manera, contribuyeran a disminuir la considerable canrtidad de madres adolescentes que es dable observar en nuestros días.

Sin embargo, los que trabajan con adolescentes refieren las mismas conclusiones: al margen del mayor o menor énfasis que se ponga en campañas de divulgación sobre la complicación e importancia de los métodos anticonceptivos, los adolescentes no los utilizan o lo hacen en forma indebida.

Por regla general, el varón adolescente no se preocupa por los métodos anticonceptivos y deja los cuidados librados a la buena voluntad de su compañera.

Con todo, ni siquiera aquellas adolescentes que tienen fácil acceso a los anticonceptivos los utilizan siempre con regularidad y las que han quedado embarazadas, sin embargo, actualmente es muy socorrida la práctica de la pildora del día después.

También se há comprobado que, la maternidad precoz tiene una estrecha relación con el número de abortos que se realizan en esta época de la vida, teniendo en cuenta que la maternidad fuera del matrimonio es mal aceptada aún.

Esta relación documentada en casi todos los países justificaría lo dicho por Viktor Frank: “ El trato sexual entre jóvenes, como seres maduros
sexualmente pero no maduros aún en lo psicosexual, deberá considerarse con cautela.

Lo expuesto parecería demostrar que propiciar el coito adolescente no brinda nada positivo al individuo y muchas veces lo expone a consecuencias que luego gravitarán negativamente sobre él.

Afirmar esto no presupone reprimir ni mucho menos adoptar una actitud moralista, la buena educación sexual permitirá que ellos adquieran actitudes y vivencias adecuadas y responsables.

La relación coital, que le pertenece como un derecho humano, pero que se postergará para un momento adecuado: es decir, cuando se convierta en adulto y se encuentre en condiciones de decidir con libertad y responsabilidad.

– Conclusiones:

Nuestra propia identidad sexual y la orientación sexual dependerá en gran medida de la forma de vernos y entendernos psicologicamente en relación a lo sexual.

El periodo de la adolescencia es una época de rápidos cambios, el físico es solo una parte de este proceso por que los adolescentes afrontan una amplia gama de requerimientos psicosociales:

  • Independencia de los padres, consolidación de las cualidades necesarias para relacionarse con los compañeros de la misma edad, fomento de las capacidades intelectuales y adquisición de una responsabilidad social e individual.
  • Masturbación:
    Se denomina masturbación a la estimulación de los órganos genitales con el objetivo de obtener placer.

Esta forma autoerótica de satisfacción sexual suele ser descubierta accidentalmente en las exploraciones genitales.

En otros casos, los niños mayores inician a los más pequeños como si esto
constituyese un nueva actividad lúdica.

Si bien la masturbación existe desde edades muy tempranas, el punto máximo de esta actividad se da en la adolescencia.

El ejercicio de la misma brinda satisfacción sexual y liberación de la tensión, según Kinsey, al final de la adolescencia la posibilidad de una adecuada adaptación heterosexual, o en algunos casos homosexual, disminuye la frecuencia de la masturbación.

Se ha insistido sobre los efectos físicos y psicológicos negativos que ella tiene, lo cual constituye una forma de represión social encubierta sobre la misma.

Es cierto que en enfermos mentales suele observarse masturbación convulsiva, pero esa no es la causa de la enfermedad sino un síntoma de ella.

Lo que sí suele verse es que la desaprobación social y el castigo asociado con esta práctica hacen que aparezcan sentimientos de culpa y vergüenza.

Esto no sería tan grave si no fuese porque estos sentimientos son luego proyectados a toda actividad sexual fuera del individuo, disminu-
yendo con ello la posibilidad de un ajuste sexual en el adulto.

André Alsteens opina que, actualmente unánimente, se acepta que, la masturbación adolescente es una aparición pasajera de comportamientos masturbatorios durante el período de crecimiento, como un proceso normal, pero no puede, con todo, ser identificado como necesario.

Sólo significa que la masturbación adolescente, considerada desde el punto de vista de la psicología evolutiva, es ampliamente comprensible a partir de situaciones psicofísicas propias de esta edad.

La actividad masturbatoria del adolescente aparece como un recursso eficaz para la descarga de la tensión provocada por la energía sexual.

La misma situación se da en la infancia aunque con significado diferente y puede repetirse en la adolescencia como consecuencia de la aparición de las nuevas tendencias emocionales.

Pero sería falso pensar que éste sea el factor principal de la aparición de la masturbación adolescente. Pero sí podemos verla como una condición, entre otras, de su problemática superación.

La maturbación a esta edad se encuentra al servicio de los nuevos impulsos sexuales que caracterizan a la genitalidad, es decir, a la sexualidad adulta que aunque no completamente desarrollada, comienza a estructurarse en esta época.

Es así como al adolescete ya no le satisfacen los antiguos objetos infantiles donde depositar su líbido, pero también es cierto que tiene dificultades para relacionarse con los nuevos objetos.

De esta manera , en esta transición entre los objetos infantiles que debe dejar y los objetos adultos que no sabe como conseguir, la masturbación se convierte en el recurso cultural más típico de la vida sexual adolescente y constituye un elemento de importancia en el proceso evolutivo del sesarrollo de la sexualidad.

Balint opina que aunque la masturbación puede considerarse una actitud autoerótica, en la adolescencia lo es sólo en su ejecución, ya que en sus fantasías aparecen objetos de la vida real hacia donde el adolescente orienta su deseo sexual.

De este modo, la masturbación en esta edad también se transforma en un medio que le permite al adolecente pasar al autoerotismo, con su consiguiente fijación a objetos infantiles a la sexualidad y al amor, que le da la oportunidad de relacionarse con otros objetos dándole un sentido adulto a su vida sexual.

  • Conducta Homoerótica:

La conducta homoerótica en el periodo de la adolescencia no constituye en realidad una homosexualidad verdadera.

Al igual que las conductas descritas anteriormente, su finalidad es eliminar la tensión sexual con la consiguiente satisfacción placentera que ello significa.

Es una forma de relación objetal a la que algunos individuaos recurren y que es dejada de lado cuando el adolescente realiza su ajuste sexual.

Es más frecuente sí, se encuentran internados en institutos
que albergan solamente individuos del mismo sexo, lo cual no permite vinculación con el otro sexo, sean los más proclives a desarrollar esta modalidad operativa de la sexualidad en esta época.

Estos juegos homoeróticos son realizados tanto por varones como por mujeres. Como es fácil suponer, su mayor frecuencia se alcanza en el período de inicio de la adolecencia y disminuye al final de la misma.

  • Sublimación:

En algunos adolescentes la tensión sexual puede ser canalizada a través de conductas socialmente aceptadas, tales como actividades culturales, deporte, etc.

Esto permite que parte de esta tensión sexual sea eliminada, lo cual brinda a los individuos la oportunidad de poder utilizar este recurso ope-
rativo como única forma de instrumentación en la canalización de la necesidad sexual.

Freud decía :La pulsión sexual pone a disposición del trabajo cultural cantidades de fuerza extraordinariamente grandes, en virtud de la particularidad singularmente marcada en dicha pulsión de poder desplazar su fin sin perder, en esencia, intensidad.

Esta capacidad de reemplazar la meta sexual originaria por otro fin, que ya no es sexual pero se halla psiquicamente emparentada, la deno-
minaremos capacidad de sublimación.

La sublimación constituye un mecanismo de defensa pero es también una función normal del yo.

Se dice entonces que la energía sexual se sublima cuando la misma es derivada hacia fines que no son sexuales y se dirige hacia actividades que son socialmente valoradas.

  • Orgasmo Onírico:

En los casos que el adolescente, por cualquier circunstancia, no utiliza algunos de los recursos conscientes que hemos visto, igualmente se producirá la descarga de la energía acumulada.

Pareciera que el individuo, haciendo uso del derecho que le pertenece por ser persona, podría anular completamente su sexualidad, pero no es así.

Cuando la energía sexual se acumula lo suficiente como para convertirse en displacentera y hacer peligrar el estado de homeostasis, si no se busca conscientemente una salida el orgasmo por sí mismo, se hará uso de un mecanismo no consciente que le permitirá descargar esa tensión que le resulta insoportable.

Durante el sueño ese estado de tensión sexual particular motivará imágenes oníricas que llevarán al orgasmo tanto al varón como a la mujer, con la siguiente eliminación de la tensión sexual acumulada.

A esta forma que tiene el organismo de resolver la situación aludida podríamos denominarla orgasmo onírico.

El mismo se hace más fácilmente detectable en el varón ya que se acompaña de eliminación de semen, lo que se conoce como polución nocturna.

Referencias:

– Sexual Human Response Ishi Press Internastional William Masters y Virginnia Johnson.

– La Masturbacion en los adolescentes, de Andre Alsteens

Adolescentes y educación sexual en la era de Netflix - La Tercera

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