-Introducción:
Aunque fué descrita en 1993 por Pope en culturistas asiduos a ir al gimnasio y los efectos secundarios de los esteroides anabolizantes en estas personas , en el manual DSM-IV, se incluía dentro de las dismorfofobias, actualmente en el DSM-V,se incluye como trastorno dismórfico corporal, se considera que la dismorfia muscular o vigorexia es un trastorno en el que la persona se obsesiona por su estado físico hasta niveles patológicos.
Estas personas tienen una visión distorsionada de ellos mismos y se ven débiles y no atractivos. Por este motivo, el trastorno incide directamente sobre su conducta alimentaria y sus hábitos de vida, y se caracteriza por realizar una actividad física extrema, hasta 3 horas de ejercio diarias, en algunos casos, abandonando las relaciones sociales y descuidando otros aspectos de su vida, para dedicar todo su tiempo a entrenar.
Aunque afecta a especialmente a jóvenes varones entre 18 y 35 años, no hay un límite de edad y también hemos visto casos de mujeres obsesionadas compulsivamente por esta deformación de la autoimagen.
La adicción al ejercicio se acompaña de una ingesta exagerada de proteínas y carbohidratos y el consumo abusivo de sustancias como esteroides anabolizantes, con el fin de aumentar la masa muscular y conseguir un cuerpo musculado.
-Posibles causas de la epidemia:
Aunque los cánones de belleza corporal son un hecho que se remonta tiempo atrás en la historia de la humanidad, desde principios del siglo veintiuno el culto al cuerpo cobra una nueva dimensión.
Se trata de una moderna obsesión por la perfección del cuerpo que tiene distintas formas de manifestarse y comparten sintomatología común bajo el deseo de una imagen corporal perfecta.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria, y los problemas con la propia imagen corporal se consideraban como típicos de género femenino. Sin embargo, en la última década del siglo pasado se puso de manifiesto que el hombre también recibía presión sobre su imagen corporal, la de fitness o desarrollo muscular sin grasa.
El ideal masculino en los medios de comunicación ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Federico, Fessler y Hasselton en el año 2005 apuntaron que el ideal masculino cada vez es más musculado, sobrepasando incluso lo que prefieren las mujeres, como tal.
Se ha demostrado que la exposición a los ideales de belleza masculinos incrementan la insatisfacción muscular frente a los anuncios publicitarios que no contenían este tipo de imágenes, esta presión alcanza hasta los juguetes para niños.
-Consecuencias:
Por otra parte, el ejercicio excesivo puede ocasionar un comportamiento adictivo que está recompensado psicológicamente de varias formas, por ejemplo, mejorando el estado de ánimo, mejorando la salud o proporcionando más ocasiones para relacionarse socialmente (reforzamiento positivo) y estas recompensas pueden fomentar un comportamiento
Aunque no siempre ocurre en la vigorexia, no es infrecuente el abuso de AAS (por sus siglas en inglés “Anabolic Androgenic Steroids”), son sustancias sintéticas relacionadas con las hormonas sexuales masculinas (testosterona).
Ingiriendo altas dosis de estas hormonas, junto con un aumento de peso intenso y una alimentación adecuada, los consumidores de AAS pueden incrementar su masa muscular de manera espectacular, a menudo, más allá de lo que se podría alcanzar por métodos naturales.
En internet se pueden encontrar facilmente las más variopintas páginas web, dirigidas a practicantes de fitness, que incluyen, lo que ellos llaman en el argot «ciclos», para «definir » la musculatura. Sin embargo, a corto plazo el consumo de AAS se asocia con alopecia, elevado colesterol, acné, ginecomastia y atrofia testicular e infertilidad o disfunción sexual..
La retirada de un ciclo de esteroides puede conducir a la depresión. O a presentar conductas alimentarias de tipo patológico y una pobre imagen corporal cuando los individuos practican ejercicio para evitar sentirse mal (afectos negativos), en comparación con la gente que lo practica por otros motivos
También se ha establecido una relación entre la Vigorexia y el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), en cuanto a que tales individuos se obsesionan con la idea de si están lo suficientemente musculados. Las compulsiones se manifiestan pasando muchas más horas en el gimnasio, malgastando grandes cantidades de dinero en suplementos deportivos inútiles, tienen un ingesta de alimentos anormal e incluso recurren al abuso de sustancias.
-Conclusiones:
Asi como asistimos a la epidemia de obesidad, la obsesión por la imagen corporal, es también preocupante, llevar una dieta sana, con la práctica de ejercicio de una hora diaria, es suficiente.
El uso de anabolizantes debe reservarse, aunque sean legales, a casos muy concretos y en un contexto médico, siendo absolutamente desaconsejable, la automedicación, nunca debemos dejarnos llevar por la opinión no autorizada de un compañero de gimnasio o prácticas deportivas.
-Otros nuevos trastornos:
La megarexia es un trastorno alimentario en el que la persona obesa se observa a sí misma como delgada y saludable, y por lo tanto, no recurre a la ayuda médica para tratar su enfermedad.
La ortorexia es un trastorno del comportamiento alimentario que consiste en la obsesión por consumir alimentos que el afectado considera saludables, rechazando todos aquellos que no pueden incluirse en esta categoría desde su particular punto de vista.